lunes, 1 de noviembre de 2010

El neoliberalismo no es un tema solo económico. 1º parte.



Ordoliberalismo y Neoliberalismo: penetración biopolítica en Argentina, Chile y Uruguay.
1º parte

“Muchos pensadores siguieron a Foucault por esta senda y problematizaron con éxito el Estado del bienestar”.
Michael Hardt y Antonio Negri



1. Introducción.
La presente investigación se ubica en la convergencia entre la “economía política de la cultura” y la “teoría crítica de la cultura”. Es, por ello, que el planteamiento inicial es que el neoliberalismo, tanto en su vertiente alemana (ordoliberal ) como estadounidense (neoliberal) no es simplemente un tema económico sino que, además, es un problema de corte epistemológico, cultural, penal y filosófico. Así, la traslación del tema criminológico a otras esferas, como, por ejemplo, las ciencias, la economía o la educación, va la de mano con la importancia que adquiere el neoliberalismo desde las primeras décadas del siglo XX.
A esto se le suma, su radiación a los países sudamericanos, fundamentalmente, desde la segunda mitad del siglo pasado. Es, por ello, que un análisis, en profundidad, de las principales características del ordoliberalismo y del neoliberalismo y su posterior extensión por América del sur, permitirá explicarse muchas de las políticas que, para los efectos de este estudio, se llevaron a la práctica tanto en la postdictadura chilena como en la argentina.

1.1. El neoliberalismo como problema epistemológico.
En Nacimiento de la biopolítica, curso paradójico que dicta Michel Foucault en el Collège de France en 1978- 1979, ya que, aunque se lo había propuesto no se refiere directamente a la biopolítica , sino al neoliberalismo, sostiene “que en Alemania a comienzos del siglo XX”, es Max Weber quien “actúa a grandes rasgos como la persona que ha desplazado el problema de Marx”, sirviendo de punto de partida tanto de la escuela de Friburgo (ordoliberal) como de sus vecinos de Frankfurt (Foucault, 2008: 134). Si Marx analizó la lógica contradictoria del capital, Max Weber, en cambio, introdujo en la reflexión sociológica, económica y política de Alemania la lógica contradictoria del capital como el de la racionalidad irracional de la sociedad capitalista.
“Ese paso del capital al capitalismo, de la lógica de la contradicción a la división de lo racional y lo irracional” (Foucault, 134), fue incorporado en el análisis tanto por la escuela de Friburgo como por la de Frankfurt. Aunque desde caminos inversos, ambas buscan analizar la racionalidad irracional del capitalismo. El problema de los frankfurtianos (Horkheimer) era determinar cuál podría ser la nueva racionalidad social capaz de definirse y formarse con el objeto de anular la irracionalidad económica, en cambio, el tema de los ordoliberales (como Eucken) es el desciframiento de la racionalidad irracional del capitalismo, por tanto, se trata de definir la racionalidad económica que permita anular la irracionalidad social del capital.
La deriva del neoliberalismo alemán, en ese contexto y desde el punto de vista epistemológico, se vincula tanto con el pensamiento de Max Weber, como con el neokantismo y con la fenomenología. Es así que el mencionado Walter Eucken, fue discípulo de Alfred Weber, hermano de Max Weber, a comienzos del siglo XX. Paralelamente, Eucken al ser designado profesor de economía política en Friburgo en 1927, conoce a Husserl . Se vincula, entonces, a la fenomenología, y conoce, además, a juristas que estaban transformando la teoría del derecho en Alemania, a comienzos del siglo XX, con un piso fenomenológico para escapar tanto de las restricciones del historicismo del siglo XIX como de la concepción formalista, axiomática y estatal de Kelsen.
El cuestionamiento de que la economía, tal como pensaba el liberalismo del siglo XIX, se guiaba por una naturalización de las relaciones de mercado, lleva a algunos de los ordoliberales a acercarse a la fenomenología, es decir, al proceso de construcción de sentido y significación para trasladar la racionalidad económica a la irracionalidad social.
Por lo tanto, el neoliberalismo no es, simplemente, una evolución –al interior del capitalismo- o una superación del liberalismo de los siglos precedentes; tampoco es, simplemente un tema económico; ni un movimiento uniforme al interior del capitalismo, y, por ello, se plantea como un problema epistemológico, jurídico, económico, cultural y social.
Los debates sobre la disciplina que, inicialmente, eran un tema de corte penal, se trasladarán, entre otras esferas, a las ciencias, considerando la separación disciplinaria como el tema central de la construcción de las epistemes. Las ciencias pasan a ser disputadas en el campo disciplinario. El pan- óptico no es, solamente, un modelo de control penal, sino que es, fundamentalmente, un paradigma económico. La vigilancia se instalará sobre las ciencias y sobre los cuerpos. Paralelamente, también, el Estado se encontrará bajo la vigilancia del mercado antes de que el mercado sea vigilado por el Estado. Es la inversión del liberalismo tradicional, en la medida que en lugar de aceptar una libertad de mercado definida por el Estado y mantenida bajo la vigilancia estatal, se propone la libertad de mercado como principio organizador y regulador del Estado, desde el comienzo hasta las últimas formas de sus intervenciones.
La ley, en ese contexto, será la fuerza performativa que regirá el modelo penal pero, también, el paradigma económico y cultural. Como en la alegoría kafkiana, la entrada por la puerta de la ley, es el ingreso al paradigma económico y socio- cultural.
Por ello, a diferencia del neoliberalismo estadounidense, el ordoliberalismo alemán, ideólogo de la socialdemocracia, no intenta anular al Estado, sino que la ley, en él, cumple el papel de transmitir una variedad de seguridades frente a la inseguridad social. Entre ellas, se ubica, además, como veremos más adelante, la investigación científica.

No hay comentarios: