martes, 25 de enero de 2011

Izquierda y derrotas. Capitalismo y catástrofe.


¿De qué derrota hablamos?
La izquierda se encuentra, en estos momentos y en distintas partes del mundo, en una encrucijada extremadamente compleja. Deslegitimada en Europa, en América Latina y en distintas partes del mundo, el proyecto que, en algún momento, fue concebido como una alternativa, en las formas más radicales, al capitalismo y, en otras versiones más suavizadas, como mecanismo de flexibilización de la ortodoxia capitalista (ejemplo: neoliberalismo en su versión estadounidense). Sin embargo, uno u otro naufragan o están a punto de naufragar.
En España, por ejemplo, la discusión de las reformas –neoliberales y por exigencia de los organismos financieros internacionales- de la seguridad social, de la educación, de las autonomías, y otras que vendrán, no se ha planteado como un debate entre una izquierda con propuestas alternativas, sindicatos, etc, sino dentro de fuerzas de “derechas” o “centro derechas” (si es que existen) que se diferencian de los matices más o menos radicales y de corte neoliberal que implementarán. En Chile, el Partido Socialista se ha transformado en un brazo del gobierno de derechas que administra y gestiona la política como instrumento de “gubernamentalización” que disciplina a la política concibiéndola como consensos de partes.
Se podrían seguir sumando países… tanto de Europa como de América Latina. Sin embargo, la situación no es muy diferente: de un lado, una crisis económica que no se asimila como crisis del capitalismo sino de su administración socialdemócrata, del otro lado un crecimiento económico como pocas veces visto en años anteriores, pero considerado simplemente como crecimiento económico sobre el cual se pueden destinar algunos recursos para la sociedad. El resultado, paradójicamente, sigue siendo el mismo, salvar al capitalismo de la catástrofe. Mientras tanto, miramos de afuera sin actuar, no creamos nuevas armas para enfrentarnos a otra crisis, que ya no es la económica, sino la de crear “subjetividades” revolucionarias para salvarnos de nuestra derrota.

2 comentarios:

Archivera dijo...

El concepto izquierdas y derechas es demsiado ambiguo, si lo aplicamos a lo largo de la historia, varios grupos que surgieron como críticos luego terminan siendo cooptados por el sistema burgués de seudo representación, que no impulsa cambios sino que consolida el orden económico y político que impera. Hasta un punto se puede reconocer el concepto de izquierda para identificar un sentir amplio democrático de gran parte de la población, pero pueden colarse en él quienes en realidad no están por esta apuesta, sino todo lo contrario. Pero a la hora de caracterizar a los referentes políticos el carácter e interés de clase que persiguen sigue siendo lo esencial. Las clases que forman parte del pueblo y las clases enemigas. La actual autodenominada derecha e izquierda en Chile defienden a las mismas clases: Los grupos que concentran el capital y la tierra. La derrota es del intento de cambiar el sistema maquillandolo y tratando de acomodarse dentro de él, en los mullidos sillones parlamentarios. Pero como pueblo aprendemos, claro que es a tiempos históricos y no "humanos".

Víctor dijo...

Claudia, en parte estoy de acuerdo contigo y en parte, no. El concepto de clase no considero que sea esencial para conceptualizar a la izquierda. Quizás más que intentos de definición, en sus espectros aparecería la figura fantasmal de lo revolucionario:sea de clase, de movimientos migratorios, de campesinos, u otros.